el lado activo del infinito

lunes, 9 de marzo de 2009

Bien Alto

Vamos, vamos ¡vamos!... dale, caminá, no, no; no te caigas. No te pido que cambies la cara, pero levantá los ojos, erguí la espalda, dibujá el horizonte, dejá que la brisa vespertina acaricie tu hermosa y blanca piel. Me tiño de vos ¿querés?... Bueno, sino miro fijamente tus claros ojos, si, la mirada vale mucho y veo tristeza, pero la tristeza no es un fin, es parte del camino. Así son los golpes de la vida... yo... no... si si si, yo también sé lo que son los golpes y los cambios, pero hay que aguantar el terremoto y saber que siempre que hay vida habrá esperanza, saber que en cada loco hay por lo menos un sueño. Si, me dirás, qué fácil para vos ¿no?... no, el cambio no es fácil, ¿y ahora ya sabés qué es el Status Quo? Bueno, una pista, ahora se rompe, y empieza uno nuevo, pero no podés estar así. La lágrima que se refleja en tu rostro es el eclipse de mis sueños. Dale querida, pon la cara del sol e ilumina los senderos, desde aquí y de dónde sea todo el alba para tus anocheceres. Una patadita en el culito y caminar subiendo, bien alto. No... Si... pero, pará... podrás decir mucho diciendo nada, recordá que lo más oscuro de la noche es antes del amanecer.

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