el lado activo del infinito

jueves, 12 de febrero de 2009

De todas las heridas que tuve, fuiste la más hermosa.

-¿Y usted me puede ayudar?-le pregunté.
-Ayudar no es exactamente la palabra.
-¿Y por qué yo querría escucharla?
-Porque te sorprenderá lo acertado de mis mensajes.

Un eterno amanecer me encontró descansado, pero perdido. La ruta poco a poco se hacía un estilo de vida incierto. Como un fastasma en la niebla, aquella morocha de ojos verdes y pequitas se parapetó en un arbusto a embestirme. Miró mis ojos y boquiabierta vió algo que nunca supo explicarme. Ofreció su casa para hospedarme a cambio de conversar conmigo; desconfiado, pero más acobardado por la soledad del camino nocturno, decidí plantarme en su casita pintoresca. Tomó mis manos, leyó las líneas de la piel y marcó una luz entre los cayos. Tomó un rayo del cielo y tajeó mi palma, sangró la herida y sangraron mis ojos. Pude ver por una puerta de dimensiones infinitas.
-Puedo verte-dijo-puedo sentirte-agregó.
-Puedo dormirme-dije-estoy cansado-contesté.
-No lo hagas- me suplicó-despierto es la única forma de soñar.
-¿Y qué es lo otro?-Pregunté.
-Imágenes sin fin por las que uno puede viajar.
-Cuénteme más-insistí.
-El sueño dormido es tan real como este momento y en algún punto no podrás saber cuando estás dormido y cuando no, y con el tiempo sabrás cómo controlarlo y cómo llevar a otras personas allí, a tu corazón. También te dejarás llevar a otros corazones, ese momento llegará. Ten paciencia.

Ese sería el principio de una gran predicción que convirtió mis dudas en sudor. Pronto sabría que la sangre sería el llanto de los cuerpos y que la vida sería el costo de vivir. Mis párpados eran de roca y quería realmente irme a ese mundo por un tiempo, la luz era gigante, enorme, mosntruosa. Era la luna llena del día veinte de algún mes, características que marcarían las curvas de esta ruta intravenosa para siempre.

Ella habló.

"Dormí, te hace falta, mañana vienen las explicaciones, mantenete fresco para la sorpresa".

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