el lado activo del infinito

lunes, 8 de diciembre de 2008

Encuentro con Marcos

Domingo 30 de noviembre, 2008
Sentados en la misma mesa en dónde en algunos momentos se habla de política, apoyamos lo necesario para tomar mate. Marcos tenía un enorme rodete en su cabeza conteniendo su larga y oscura cabellera, que con el paso del tiempo se fue tornando más llamativa y espesa. Mi llanto era casi irresistible, el nudo en mi garganta se pronunciaba a través de mi unísono silencio. Solo el silbido de la brisa acompañaba nuestro encuentro casual, una pequeña habitación en penumbras nos alojaba. No sabía dónde buscar un consuelo, mi cabeza se atestaba de pensamientos vanos y tristezas encadenadas, provocando una depresión que parecía en ese momento eterna. A él lo conocí en las pequeñas ramificaciones de esta gran ruta, lo encontré tirado al lado de la misma, yacía débil bajo un sol tajante; había visitado a un amigo para extraerse una dolorosa muela, al retirar la pieza dental, la herida nunca supuró y de regreso a su casa perdió un litro de sangre. Lo cargué a mis espaldas y lo alojé en mi posada. Llegó inconciente y casi no podía comer nada. Al recuperarse prometió que, por mi hospitalidad y en modo de agradecimiento, estaría en cualquier momento para lo que necesitara. Este hombre de unos cincuenta años y mestizo, poco hablaba de su pasado, prácticamente nada. Y a pesar de su imagen simple y austera era realmente un hombre sabio, fuerte, de lectura y vivencia. Marcos era un hombre complejo y de una fuerza absoluta, amistoso.
Marcos ceba el primer mate. Toma.
-Ella ya tomó una decisión-le dije sin ningún preámbulo.
-¿Te dijo eso?
-Si.-trague saliva, las lágrimas ya se me caían.
-¿Y no te dijo cual?-preguntaba Marcos siempre sorprendido.
-No es la mejor para mí.
-¿Eso dijo?
-Que ella no quiere ser deshonesta, que no está bueno que nos veamos y que esta situación le carcome la cabeza y que no quiere mandarse una cagada.
-Bueno, no te preocupes, es provisional la decisión.
-A mi me parece que no.-dije secándome las lágrimas.
-Ya sé, no sirve ahora-dijo-pero es así.
-Yo creo que si hasta ahora se queda con eso, ya está, además ya no quiere verme, lo cual es mucho peor. Me hizo mierda.
-No creo que esté cerrado eso. Algo le tiene que quedar picando.
-Me mandó un mensaje-dije-“pueden jurar que no es verdad el viejo sueño de volar, ¿podrán disimular la guerra en tiempos de paz? Pueden guardarte en una jaula.”
-Desacelerate-me interrumpió-, no le mandes nada, no la llames ni nada; olvidate de ella por unos días y enfriáte. Ya vas a tener oportunidad de cruzarte y hablar y si no apareces vos, aparece ella.
-No sé-dije agarrándome la cabeza-no sé a qué juega.
-Y bueno, un poquito loca está, sino no te hubiera gustado, es el anverso de la misma moneda.
-Si, pero yo no quiero sufrir al pedo.
-Bueno, si no querés sufrir más en este momento, tenés que enfriar todo lo que se pueda. Vas a sufrir igual, pero un poco menos. No te opongas a lo que dice ni intentes revertirlo, no busques verla, ni mandarle mensaje, ni hablarle. Es una decisión de ella, y cuando no le cierre, porque seguramente no le va a cerrar su decisión, recién en ese momento se puede revertir. Ahora, si ve que te resistís probablemente se atrinchere más.
-¿Y por qué estás tan seguro que no le va a cerrar la decisión?
Marcos acomoda un poco la bombilla, ceba otro mate y me lo pasa.
-Porque no es lógico-dice él-que si se arma algo así de repente se cierre de esta manera, con la mera decisión de cerrar los ojos, como lo está haciendo.
-No sé, yo creo que si ella tomó esta decisión en el momento mas crucial de todo esto, no veo por qué cambiaría más adelante.-continué- me da más bronca que otra cosa, porque sé que ella tiene miedo de quedarse conmigo y lástima por el otro lado.
-No es lógico que una persona persista en una decisión fundamentada en la lástima.
-Si-dije.- el tema es que si eso es verdaderamente fuerte nada la puede mover de esa lástima, y lo que menos entiendo, suponiendo tu teoría, qué es lo que espera.
-Preserva-dijo decidido.- Preserva entre lo seguro y lo indefinido.
-Preserva lo seguro, mientras que lo indefinido será siempre indefinido, si se conforma con lo seguro no hay forma de definir lo indefinido.
-Ocurre que lo seguro no es seguro, en el fondo tiene también una indefinición y puede fracasar y ocurre que el brillo de lo indefinido, de esa apuesta que se decide no hacer, debería pesar también, debería picarle.-prosiguió- Ninguna pareja “segura” pero un poco gris pervive por siempre, mucho menos en una persona que tiene otras inquietudes; y menos aún después de haber visto otro brillo.
-¿Y yo qué hago? ¿Espero y espero aunque me muera de ganas de llamarla?
-Bueno, es difícil. Uno toma la iniciativa, después de que te rompés la cabeza, dejás de tomarla, si se pudiera seguramente, lo mejor sería no tomarla. Pero lo digo desde afuera, desde adentro probablemente la tomaría hasta golpearme y dejaría de tomarla.
Tomé el último sorbo de agua y le devolví el mate, él se levantó a buscar un tabaco. Al volver se cebó otro mate, sus ojos brillaban, tenían como un destello que se herejía como un recuerdo de algo que había pasado similar a lo que le contaba.
-Yo le decía a ella que según don Juan existe el pájaro de la libertad-seguí explicándole- es un águila que vuela en línea recta y nunca vuelve, deja en el camino a los que no se quieren subir y sigue viaje con aquellos que toman la decisión, el águila es bastante impaciente con los indecisos y en general no los espera.
-Es un modo elegante de presionarla y de decirle cobarde.
Marcos terminó el mate, se levantó en silencio y se fue al baño. Esperé una hora y nunca regresó, sabía que algo extraño pasaba, no estaba muerto, me estaba diciendo que era momento de que me vaya. Me fui.

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