el lado activo del infinito

miércoles, 30 de enero de 2008

La sala de espera-La ruta maldita.

Los relojes turbulentos detienen sus agujas, el mar calmo se convierte en algún pequeño oasis; el amor no es mas que una idiotez, la gente sucumbe bajo los brazos del hambre, nadie se conoce y aún mas, se ignoran en torbellinos de velocidad. Dejo atrás el cruel paralelo del mundo retardado y sigo viaje por la ruta maldita, otra vez hecho lobo, otra vez caminador, subsistiendo solo con la memoria. Recuerdo a mi ser fiel que está en las montañas y en un parpadeo descubro a quien seguía mi huella, a un enemigo cruel, casi invisible, rasante y veloz como si hubiera sido disparado por un cañon. Lleva en sus garras desechos de mi memoria, de mi pasado, me espanta con su sombra, qué difícil es combatirlo. Su pico hecho para masticar carne humana amenaza con su sola presencia, y en estos momentos, solo me queda correr y esconderme; pasar la noche así.

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