el lado activo del infinito

lunes, 23 de febrero de 2009

Última función "La ruta no tiene princesa en su reino". Hasta siempre y gracias.

Flagelado por un cruel destino miro al abismo de tu corazón y se sonroja un pasado presente. La ruta se bifurca, la sensación de la frivolidad acariciada por el espanto guiña un ojo y decido. Susurro un adiós y la orquesta de silbidos sonoriza el potrero nocturno, la soledad del camino me invita agitando su manito. El silencio de la incetidumbre y el corto y lento pisar, envuelve mis pensamientos en la pura nostalgia. Hundo mis manos en los bolsillos de mi campera. Miro de reojo hacia atrás con la esperanza de verte mirándome partir. La nada. Digo adiós una vez más; lloro y río, la locura cruza su brazo por mis hombros, soliloquio en la nada. Enderezo el cuello del abrigo a lo Humphrey Bogart y fumo, en una servilleta escribo el último parlamento de mi corazón. Ya no hay más nada y encuentro la última canción. Demasiado ha pasado y te dejo ser, sabiendo que jamás te olvidaré asusto a los fantasmas y cada imagen imborrable, se imprime en el secreto de los vientos. Al aire ladro mis gritos de agradecimiento y de dolor, de amor y de magias innombrables. Una vez más, pero agitado y de rodillas te agradezco, la ruta infinita, yo jamás. Se despluma un ave sin identidad, quizás pato, tal vez ganso... sí aprendió a volar y jamás aterrizó, solo supo detonar su sincera caída. Todo inmortalizado, hasta aquí se ha llegado. Hasta siempre extraña y hermosa princesa. Eternamente habrá un reino esperándote más allá de las montañas, más allá del sol y de la luna.

Las raíces cortan el asfalto
el sentimiento de cuajo se mata
cinismo esperanzado,
vomita este día
la huella perdida en esta ciudad maldita.
Y las balas podrán atravesar mi alma
y la muerte borrar una vida.

La crisis rebota en la psiquis
se alimenta de moscas
y desenmascara el origen divino,
se encarcelaron millones de sueños
en esta patria de traidores
disfrazados de héroes
que nunca en la memoria perecen.

Culpas ajenas, suertes austeras
maldice al circo esta gran culebra,
da miradas profundas a estos ojos desiertos
contaminados de humo
hechizando esta queja.
Cayó la noche y entré a nuestro cielo,
estrellas cubriendo de blanco la tierra
culpando al pasado de mi irónica risa
que no revela mis dudas de la vida
y la muerte.

Un mismo pecado y los tiempos cambiados,
por el paso cortante de esta ida profunda
por continuados en sueño de verme indefenso
ante tanto dolor
y así saltar al abismo de tu corazón
de una buena vez.




y por si algún día decides volver a un efímero reino, solo mira los números cincuentaicinco, noventaidos, veintiuno, veintiocho y ve a J.L. Suarez y Erasmo. La esquinancy del infinito.

1 comentario:

basura-verde dijo...

las miradas no siempre son solo, las que vos atrapas con un darse vuelta, hay millones mas imperceptibles, tranquilas, resignadas y maravillosas.

hasta siempre y gracias corazón de melón.