el lado activo del infinito

viernes, 20 de febrero de 2009

Por primera vez en un laberinto la perdí.

El iris de tu ojo más magnífico retumba en mi cabeza hoy vacía; los pensamientos más sórdidos de mi ser se funden en recuerdos que hoy viven en un color rojo vivo. Siento el pesar de tus pisadas y siento el pesar de tus pensamientos. Siento que me recordás y tu recuerdo, las hojas danzan hoy al escalofriante ritmo de un viento que vaticina las nuevas tempestades, una lluvia casi llanto se revuelve dentro mío y me deja entrever la ruta hoy que se pierde en la lejanía del misterio. El horizonte, carente de cualquier destino, azaroso por donde se mire, solo deja traslucir los impulsos de la nueva era. Arde frente a mis ojos un cigarrillo en la esquina, se consume tranquilamente... se consume y no piensa. Desaparece consumido sin pensar y acto seguido se lanza al vacío rebotando tembloroso en el altar de los adoquines: el cordón. Cae siempre por un abismo y al llegar al fondo de la oscuridad elpisotón de un gigante termina el trabajo que ha empezado. Sus restos subyacen luego, en mil pedazos, en un incierto basural. Pienso, y aún así me consumo, no me oxido. Hasta la última chispa que me hace explotar, hasta el último aliento que me hace subir la colina, hasta la última montaña del águila sobrevolando continúo emanando deseos a través de mi piel; retengo a mi alma queriendo escapar de mi cuerpo que corre desesperada a buscarte, puedo sentir la noche deseosa de luna llena y algo que crece inexplicable e intangible que puede sentirte, verte cerca. El barro indeciso frustra las huellas de tus pasos y en el repetido asfalto se encuentran las nuevas marcas. Me abruman mis pies descalzos y tu corazón cotizado hoy. Jamás podré postularme como un mercader de este negocio de turbios pasados. El tamaño de mi esperanza no cabe, si quiera, en los más vastos océanos de este mundo, el universo inacabable moldea un perfecto envase infinito para este latido, crece invisible entre las estrellas, esquivando planetas, cometas... sin embargo se estrella en algún lugar y aún así vuelve a empezar. El deseo persiste. Tu imagen se forma con solo imaginarte, escucho tus latidos rozando mi oreja en la tierra, logro marcar la distancia y veo deslizarte por estas tontas calles grises subordinadas frente a miles de carnes muertas. Corazones envueltos en cuerpos frívolos que crecen por crecer, que se oxidan por oxidar, que mueren por morir. He de haber caminado preguntándome desiertos siguiendo la pista de alguna respuesta, como un niño jugando en esta jungla enorme embestí a una princesa perdida. Necesitaba ser encontrada. Se posó sobre mí para siempre, la seguridad y la certeza, de haber encontrado un reino hermoso y desconocido al fin. Esclavizado en ese reino para ser parte de él por siempre, saludé a mi sombra nocturna y reí jocosamente, sucumbí en modernos y fervientes vientos que soplan por estos lugares, sin más pensar me dije, que tomaría el tiempo necesario para enamorar a ese ser, si es necesario, toda una vida; utilicé ya toda la que tengo para encontrarla y utilizaré el doble si es necesario.

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