Mis ojos enardecieron ciegos de prejuicios.
El talismán de tu sueño me atrapó, me dejó
sin palabras el eco de tu futuro.
El arbol seco al final cayó.
Nuestro cielo de la noche jamás lloró.
A dónde la vida me llevará al fin.
Mímesis de sueños nos atrapan en la esquina.
Osadía la mía de acercarme a vos.
Renace el grito de la rebelde preguntando.
Así nomás te llevaste a mi ser.
Sales de ternura que cubren nuestra rabia.
Tierra gris de la ciudad desierta.
Esteros de luces cubriendo el humo, cigarros
y filosofías cortando el asfalto.
Rugido feroz de tu bestia libertaria.
Unidas concordancias de noches de calor.
Bestia instintiva revalsa de su pecho el corazón.
Increíble la verdad sincera de su adiós.
Acaparo las horas en donde siempre sos vos.
el lado activo del infinito
jueves, 13 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario